martes, 17 de marzo de 2015

Corrección del Análisis "La Ovejita que vino a Cenar"



He elegido este cuento porque me parece que es una historia simpática y tiernísima de un lobo y una ovejita. Cuando leí el cuento por primera vez me pareció un cuento muy sencillo y muy tierno, y está escrito con un gran sentido del humor. En definitiva ¡Me encantó!

En esta historia, nos encontramos a un lobo, que a pesar de atribuir a este animal como un personaje maligno, en este caso intenta no serlo y finalmente lo consigue. Por otro lado está la ovejita que desprende mucha ternura.

Es un cuento que se puede leer tanto en la hora de dormir como para el aula, ya que a los niños les encantará este cuento por sus ilustraciones tan coloridas y bonitas, porque solo con verlas pueden seguir el cuento.

En cuanto al lado más técnico indicar del cuento:

Título: “La ovejita que vino a cenar” o “The lamb who came for dinner”
Autor: Steve Smallman
Ilustrador: Joelle Dreidemy
Editorial Inglesa: Magi Publications, Little Tiger Press
Editorial Española: Beascoa
Fecha 1º Edición: Año 2006 (En Reino Unido)
Fecha 7º Edición: Junio 2014 (España)
Género: Álbum
Nº de Páginas: 32

El autor de “La ovejita que vino a cenar” es Steve Smallman, autor e ilustrador de libros infantiles nacido en Cambridge, Inglaterra. Lleva 30 años ilustrando libros y algo más de 10 escribiéndolos, tiempo en el que lleva publicados cientos de libros como ilustrador de publicaciones educativas y unos 30 libros como autor de libros infantiles. Ha trabajado para programas de televisión como ilustrador de dibujos animados como Postman Pat (Pat el cartero) o Sesame Street (Barrio Sésamo). 
Se le conoce como el artista de los animales porque le gusta mucho dibujar animales y dotarlos de rasgos humanos.

Además de su labor como autor e ilustrador, Steve Smallman hace visitas a colegios de Gran Bretaña y varios países europeos para trabajar con niños desde la guardería hasta 3º de Primaria. En sus sesiones y dependiendo del rango de edad, les enseña técnicas para dibujar, escribir cuentos y hacer cuentos ilustrados.

La ilustradora es Joelle Dreidemy. Nacida en Saint-Avold, Francia, estudió ilustración y animación en el Emile Cohl Art School en Lyon. Desde 2004 trabaja como ilustradora tanto de libros infantiles como de revistas, publicaciones educativas o tarjetas de felicitación. Vive en París, desde donde trabaja para editoriales francesas, inglesas y koreanas. Junto a Steve Smallman ha publicado, además de “La ovejita que vino a cenar”, el cuento “Smelly Peter: The Great Pea Eater”, no publicado en España, en el que se cuenta la divertida historia de un niño al que le gustan tanto los guisantes que es lo único que come. Además de su labor como ilustradora, Joelle Dreidemy imparte clase de ilustración en el Emile Cohl School.

La edad en la que me baso es para alumnos de 4-5 años, etapa en la que poseen una imaginación muy rica por lo que este cuento les ayudará a desarrollarla.

A través de esta historia los niños podrán identificarse con la ovejita y por el contrario  al lobo por una persona adulta. Gracias a esta historia podemos ver que la ovejita lo que busca es el cobijo y el cariño del lobo, debido a que se encuentra muy solita. Todo esto aportará al niño ese sentimiento de cariño, el cual buscamos tanto los más pequeños como los adultos en otra persona.

Análisis del cuento:

ØFormato:


El libro tiene una buena presentación, llamando así la atención de los lectores. Resalta su colorido en la portada, predominando el color naranja, llamándome la atención que hay dos palabras que resaltan más en el título, las cuales son de mayor tamaño que el resto del título. También destaca en su portada la gran ilustración de los dos únicos personajes, el lobo con cara de malvado y la ovejita con cara de miedo. Esto unido al gran tamaño de las palabras “ovejita” y “cenar”, puede que los niños comiencen a desarrollar su imaginación y comiencen a anticiparse a la historia que se les va a contar en ese momento.

Tiene un tamaño adecuado para que los niños puedan utilizarlo, facilitando así la manipulación del mismo. Tiene unas tapas duras y gruesas, las cuales están plastificadas, lo que hace que el manejo del cuento sea más favorable para los niños de 4-5 años. En cuanto a las hojas del interior, no puedo decir que sean de fácil manejo, ya que son muy finas, por lo que tienen que tener cuidado a la hora de pasarlas ya que pueden romperse o arrugarse con facilidad.

En cuanto a las ilustraciones, las cuales son partes importantes e imprescindibles para los niños de estas edades, ya que a través de ellas se transmiten emociones, sentimientos, recuerdos, etc. 
En este caso son muy originales, divertidas, sugerentes y muy expresivas, con bastante colorido, resaltando en algunas de ellas el color naranja como en el caso de la portada. Algunas de los dibujos ocupan dos páginas, aportando así una visión más amplia de la escena que se quiere representar, como es el caso de la casa del lobo.  Gracias a estas ilustraciones tan divertidas y expresivas,  y a su magnitud los niños podrán seguir el cuento sin ninguna dificultad, conociendo en todo momento lo que está ocurriendo.

Por otro lado también podemos destacar que el ilustrador ha querido recrear en dibujos más pequeños detalles como la expresión de la cara del lobo.

Las escenas más importantes son representadas en gran tamaño, ocupando una o dos hojas, para que los niños vean bien lo que está ocurriendo, como es el primer beso que le da la ovejita al lobo tras haberla alimentado y abrigado, donde pueden ver a un lobo sorprendido por ese beso inesperado para él.

Tanto el autor como el ilustrador han querido representar un lobo tierno y divertido ya que podemos ver a un lobo como el que conocemos siempre pero le añaden ese toque de humor, diversión y ternura a través de ese jersey de rayas con abetos y esos calcetines de colores, y en el caso de la ovejita, la representan ¡con unas zapatillas de deporte! Estos personajes poseen mucha expresividad en sus caras que casi las ilustraciones van contando el cuento, por lo que facilita la comprensión del texto.

Ø   Contenido:

A través de los animales, en este caso del lobo y de la ovejita, tanto el autor como la ilustradora quieren representar el cariño que todos buscamos y que necesitamos.

El autor utiliza un lenguaje cercano a la vez que adecuado, siendo claro y conciso en el vocabulario, el cual es como el que utilizamos a diario para entablar una conversación entre dos personas. Utilizando muchas expresiones como “¡Santo cielo!”, haciendo que los niños se sientan atraídos ya que puestos en la boca de un lobo suena más divertido y cercano si cabe.

Es una narración sencilla en la que resaltan expresiones en mayúsculas, como el ruido de la ovejita cuando tiene frío “BRRR, BRRR”,  o cuando tiene hambre “¡RUNRÚN, RUNRÚN!”.  Con lo que estos recursos que el autor facilita al lector hacen que enganche a los niños, pudiendo animar a repetir los ruidos para que se involucren en la historia.

En cuanto al tipo de letra, es adecuada por su tamaño y su tipo de letra, lo cual facilita la lectura del cuento, tanto para niños que están aprendiendo a leer como para aquellos adultos o niños que ya saben.

Como tema principal, es el cariño, el cual debemos recibir todos desde nuestro nacimiento hasta nuestra vejez, ya que la carencia afectiva no solo retrasa el crecimiento de los niños, sino que la falta del mismo y del afecto produce un grado importante de estrés y de ansiedad en los niños dificultando por tanto su aprendizaje. El cariño, la atención y el afecto durante los primeros años de vida de un niño son herramientas muy importantes en la estimulación del mismo, para construir una buena autoestima y para que el niño desarrolle la confianza y el respeto propio y hacia los demás.
Por ello el autor lo muestra muy bien a través de la ovejita que aunque busca cobijo por el frío también busca ese cariño por encontrarse sola, y lo encuentra finalmente en el lobo.


Por otro lado el lobo no conoce qué es el cariño, y lo conoce a través de la ovejita quedándose sorprendido por ese abrazo que le dio la ovejita cuando el lobo intenta quitarle el hipo, el cual despertó en él sensaciones extrañas antes no encontradas y lo que hizo fue perder el apetito y ver a la ovejita de otra manera ya que hacía mucho tiempo que nadie le abrazaba.
Pero dentro del lobo había pensamientos opuestos que le hacían pensar en comerse a la ovejita hasta que la ovejita se despertó y le sorprendió con ese primer beso inesperado.

El abandono es otro de los temas que se tratan en esta historia, ya que la ovejita experimentó el abandono cuando el lobo la deja sola en el bosque oscuro y frio. Si lo extrapolamos a los niños, estos deben crecer en un ambiente favorecedor, ya que esto mejorará su desarrollo y crecerán sanos y alcanzarán su desarrollo como personas, si no es así ocurrirá todo lo contrario.  Por eso la ovejita busca una familia, un hogar donde le den el cariño y el afecto necesario para poder crecer y desarrollarse como persona.

Por el contrario, el lobo está comenzando a sentir ese sentimiento hacia la ovejita, que lo podemos ver a través de cómo la abriga para que no pase frío en el bosque.
Por otro lado el lobo también experimentó la sensación de culpabilidad por haber abandonado a la ovejita y haberla dejado en el bosque oscuro y el frío.  Y debido a esa culpabilidad de haber hecho algo mal, fue en búsqueda de la ovejita sin obtener ningún resultado.
Cuál fue la sorpresa del lobo al volver a su casa la ovejita estaba allí, y esa sorpresa le invadió por completo de ver cómo la ovejita estaba sana y salva. Ambos se fundieron en un abrazo cuando la ovejita le preguntó “no me comerás, Dobo, ¿verdad?” y el lobo respondió que “no puedo comerme a una ovejita que me necesita”.

Por lo que podemos extraer otro tema de esta historia, el cual es el cambio que se produce en el lobo, cambia algo que no le gusta en él para convertirse en una persona buena y cariñosa, y ser mejor con las demás personas,  es decir cambia la idea de comerse a una ovejita, por lo que cambia su idea de cuál es su plato favorito “estofado de ovejita” por “estofado de verduras”.

Como tema secundario en el cuento  se podría decir que es la necesidad de ayudar a alguien que realmente lo necesita. En este caso el lobo ayuda a la ovejita y ambos tienen sentimientos de felicidad por ayudarse el uno al otro.

Otro tema secundario, podría ser el miedo hacia un personaje como es el lobo, el cual los niños siempre lo ven como un ser malvado y feroz, ya que en estas edades aparecen el miedo a la oscuridad o a seres imaginarios como los monstruos o en este caso por el lobo. El desarrollo del pensamiento de un niño en esta etapa les puede permitir anticiparse en lo que el lobo le podría hacer a la ovejita, y descubrir según va desarrollándose la historia que el lobo no se come a la ovejita y que se ha ido convirtiendo en un lobo bueno con la capacidad de dar cariño y afecto a los demás. 


Ø   Estructura del cuento:

La historia tiene claramente tres partes bien diferenciadas:

-  La introducción, en la cual nos describe qué está haciendo el lobo, qué es lo que le gusta y qué no le gusta comer.

-  El nudo, donde nos presentan a una ovejita perdida y muerta de frío, donde el lobo se sorprende porque todas sus peticiones se han hecho realidad, y es la llegada de una ovejita para su estofado preferido.
Es realmente divertido ver como el lobo va poniendo excusa tras excusa para no comerse a la ovejita. Incluso le da de comer porque le suenan las tripas y piensa que así estará rellena. Y cuando la realidad le supera se enfada, se enfada de verdad porque no puede ya comerse a esa ovejita pero no puede evitar ser un lobo.
Hay cantidad de detalles divertidos y tiernos, como cuando el lobo echa de su casa a la ovejita pero antes la abriga para que no pase frío. O la forma en la que habla la ovejita, como un niño pequeño que está aprendiendo a hablar y llama al lobo “Dobo”.

-  El desenlace, donde el lobo va a buscar a la ovejita ya que piensa que le ha podido pasar algo, bien porque se haya congelado o porque se la hayan comido, quedándose sorprendido cuando al llegar a su casa, la ovejita se encontraba allí, al cobijo del calor de la chimenea. Ambos se fundieron en un tierno y acogedor abrazo, ofreciéndole el lobo su cariño, su casa y su estofado de verduras, cuya comida se convirtió en la favorita del lobo.

En cuanto a los personajes, solamente hay dos en esta historia. El lobo que no es tan malo como habitualmente estamos acostumbrados a escuchar, sino que nos presentan a un lobo divertidísimo, el cual viste un jersey y unos calcetines para menguar así esa maldad de los lobos. Pero si que a través de las ilustraciones y según va desarrollándose el cuento, podemos ver cómo el lobo va cambiando su forma de pensar respecto a la ovejita, creciendo en su interior el cariño hacia esa ovejita tan dulce y tierna. Ofreciéndole finalmente su estofado de verduras y su cariño y afecto. Le ofrece un hogar que compartir y en definitiva formar una familia.

Y por otro lado está la ovejita, que posee una ternura excepcional, la cual transmite la sensación de ser muy muy chiquitita, como si de un niño de 4 años se tratara, en la que también tiene su punto gracioso ya que lleva unas deportivas, pero que a su vez nos enseña esa tristeza de abandono y de estar necesitada de cariño y afecto porque está sola.

El lenguaje que se utiliza está completamente adaptado a las edades de entre 4-5 años, al igual que la propia historia en sí. Anteriormente hemos comentado que es una narración sencilla y de fácil lectura ya que utiliza un lenguaje cercano y sencillo. El autor utiliza onomatopeyas, quizás lo hace de forma intencionada para que los niños se concentren más en la historia. 

Ø   Conclusión:

No conocía este libro, lo compré para realizar esta actividad, y así de paso se lo leo a mi hijo de casi 4 años y que no deja de decir “que viene el lobo”. Encontré este libro divertidísimo y gracioso a la hora de tratar y de acercar la figura del lobo a los niños, haciéndoles ver a través de este cuento que no todos los lobos son malos, ya que al igual que las personas hay personas buenas y no tan buenas.

Es una historia conmovedora desde el punto de vista que te presentan a una ovejita indefensa, muerta de frío y de hambre, muy tierna a la par que graciosa con esas deportivas, esos gestos que nos hace ver el ilustrador en cada uno de sus dibujos.  
Dicha historia rompe totalmente con los tópicos al ver que el lobo no es tan feroz, sino que supo aflorar en su interior el sentimiento de cariño y afecto hacia la ovejita.

Como futura educadora me resulta muy enriquecedor este libro para poderlo trabajar en un aula, ya que podemos trabajar con los alumnos los valores que hemos encontrado dentro de esta historia.
Creo que es un cuento muy apropiado para ser contado, porque te permite ceñirse a las magníficas ilustraciones del libro como añadir todos los detalles que el contador quiera. Ya que los más pequeños les encantará escuchar el hipo de la ovejita y el miedo del lobo cuando se arrepiente de sus acciones.

En definitiva, una obra maravillosa, con una historia entrañable y divertida, que mantiene un constante ritmo y que es imposible que no te enamore.     


Os dejo el vídeo del cuento para que lo veáis completo: https://www.youtube.com/watch?v=1irSJ4Wf5EU

Bibliografía: https://cuentosparamatilda.wordpress.com/tag/steve-smallman/

lunes, 16 de marzo de 2015

Adaptación del cuento


Adaptación del cuento "Toda clase de pieles" que los Hermanos Grimm recopilaron hace ya más de doscientos años y que podemos encontrar en el "Libro de los 101 cuentos" de la Editorial Anaya.

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TODA CLASE DE PIELES


Había una vez, en medio del desierto una ciudad llamada Rabat donde todos eran de color negro, la cual estaba reinada por un rey y una reina muy jóvenes, ambos estaban muy enamorados.  El rey era muy guapo, fuerte y valiente que se enfrentaba a todas las batallas junto a su caballo blanco. Y la reina era muy guapa, con un cabello negro azabache rizado, con unos ojos de color verde esmeralda y de una figura envidiable.

Pasados tres o cuatro años de contraer matrimonio, la reina se quedó embarazada. Esta buena noticia fue sabida por el rey y por todos los que convivían en palacio e incluso gracias a esta buena noticia, los ciudadanos de este reino les obsequiaron a los reyes con sus oraciones, sus ritos ancestrales para que todo fuera bien durante el embarazo y llegado el momento en el alumbramiento. 

Una noche de luna llena, concretamente el 21 de Diciembre de aquel año, la reina se puso de parto, asistieron las comadronas y el médico ante tal alumbramiento. El rey muy nervioso esperaba conocer a su hijo, pero cuál fue su sorpresa, que su amada esposa había traído al mundo a dos pequeñas niñas gemelas,  Laya y Ambar. Las dos de cara redonda, con unos ojos preciosos verdes esmeraldas y con el pelo negro azabache tal y como tenía su madre. Pero la diferencia entre las dos es que una de ellas tenía la piel de color negro como sus padres y la otra niña era de color blanco.

Tal fue el desconcierto, que tanto el médico como las comadronas no se explicaban tal cosa, pero la reina no le dio importancia, ya que a ambas las había engendrado dentro de su vientre y con el mismo cariño y amor las había estado esperando durante esos nueve meses. El rey que también se asombró de la gran diferencia entre sus dos recién nacidas hijas, al principio le afectó pero decidió aceptarlas como tal.

Los días, los meses y los años fueron pasando y los reyes criaron a sus hijas Laya y Ambar con la mejor educación que les podían dar a ambas, con un amor incondicional, sin prejuicios por la diferencia del color de piel que había entre ambas niñas y entre los demás habitantes.

Como tantos otros años el día del cumpleaños de las Laya y Ambar había llegado, el 21 de Diciembre, pero ese año era especial porque ambas cumplían 16 años, su mayoría de edad, y porque era la edad en la que debían buscar un apuesto marido para cada una de ellas.
Los reyes se reunieron con sus dos hijas, y les transmitieron la felicidad que tenían por haber cumplido sus 16 años y también el deseo de que ambas encontraran la felicidad junto a un apuesto joven para casarse. Las dos niñas muy contentas por su mayoría de edad imaginaban a ese futuro marido con planta envidiable ante los demás hombres, valeroso y fuerte, y por qué no guapo ya que ellas lo eran. 

Pronto Ambar conoció a su príncipe azul, un chico joven, de piel negra, con ojos  grandes de color marrón chocolate, fuerte y alto y que a la vez desprendía un amor hacia ella envidiable.  Los reyes al conocerle se quedaron asombrados y felices porque una de sus hijas había encontrado a un hombre que le hiciera feliz y que la cuidaría para toda su vida. Por lo que semanas más tarde comenzaron los preparativos de la boda de Ambar. Laya estaba muy contenta por su hermana pero ella no encontraba a su joven apuesto y pensó que en la boda podría conocer a ese joven apuesto.

Llegado el momento de la boda, Laya se puso su mejor vestido, el de color rojo carmesí para poder destacar entre todas las invitadas, pero pasó la ceremonia, pasó el banquete y llegó el baile. Todos los jóvenes bailaban menos Laya que no tenía con quien, y nadie quería bailar con ella. Laya muy triste y llorosa se marchó hacia su habitación, su madre fue tras ella.

    •    Laya ¿qué te pasa?
    •   Nadie quiere bailar conmigo, ¿será por mí, soy fea, es mi color de piel?
    •  Hija es tu color de piel, nosotros te hemos criado como a una hija más, pero los demás te ven diferente y quizás sea hora de que te marches para poder encontrar un joven que te quiera como tú eres, con tu piel blanca, tu pelo negro azabache rizado y tus ojos verdes esmeraldas.


Pasados dos días de la boda, Laya se estaba preparada para su viaje, no sabía donde le iban a llevar sus pasos, pero sí su corazón, en busca de su gran amor.

Su hermana le dio una pulsera con tres abalorios de plata; uno era un corazón para que sintiera el cariño de su familia y el de ella especialmente, un trébol para que tuviera suerte durante su viaje, y por último una corona para que recordara su procedencia y reconocieran en ella una futura reina, y se la colocó en su delgada y blanca muñeca.

La reina, por su parte, le dio tres vestidos; uno de color dorado como el sol, otro tan plateado como la luna y otro tan brillante como las estrellas.

    •  Hija te doy estos tres vestidos para que puedas conquistar a ese joven apuesto que estoy segura que encontrarás pronto.

Y por último el rey se dirigió a su hija.

    •   Hija mía, recibe este abrigo que he mandado confeccionar para ti, está hecho con todas las clases de pieles que hay en el mundo, es grande hasta tus pies, con mangas anchas y grandes y con una capucha para que te cobijas y resguardes bien del frío, y recuerdes a través del calor que te dé el calor que te he dado yo hasta ahora.


Laya triste e infeliz por su marcha, comenzó su gran viaje en búsqueda de su gran amor, ese príncipe azul, apuesto y valeroso que la quisiera a pesar de su color de piel.

Pasaron días fríos, lluviosos y ventosos, pasaron noches de luna llena y de cielos estrellados, en los que Laya viajaba poblado tras poblado, ciudad tras ciudad, reino tras reino para encontrar a su apuesto joven. Pero su aspecto también iba deteriorándose a medida que iban pasando esos días fríos, lluviosos y ventosos y esas noches de luna llena y cielos estrellados, por lo que su piel se iba oscureciendo por la suciedad y su pelo parecía de color blanquecino marrón en vez de negro azabache, y se iba demacrando cada vez más por no poder llevarse nada o casi nada a la boca con lo que alimentarse.

Hasta que un día en el que Laya descansaba de su larga caminata del día anterior, escondida en el hueco de un árbol grande y frondoso, intentando dormir,  escuchó ruidos de perros, caballos y voces, y se dio cuenta que no era un sueño, sino que estaba en medio de una cacería. Ella se escondió muy bien, se tapó con su abrigo de todo tipo de pieles, pero fue inútil cuando se quiso dar cuenta estaban tan cerca que se encontró con cuatro perros olfateándola.
    • ¿Qué será esto? ¿Qué es esta cosa que está cubierta por muchas pieles? Se preguntaron aquellos cazadores.
    • No me hagáis daño, solo soy un animalito asustado, que no os va hacer daño, dejarme vivir.
    • ¿Pero quién eres?, tú no eres un animal, tú eres una persona, y ¿quién eres? ¿Cómo te llamas?
    • No lo sé, no lo recuerdo, solo sé que me llamo “todaclasedepieles”, pero no sé quién soy, ni de dónde vengo, solo quiero que dejéis.  Respondió ella toda asustada.


Pero los cazadores no eran simples cazadores, eran los cazadores del Reino de Chad, pertenecientes al Príncipe Idriss, el cual se acercó, montado en su caballo negro, al árbol y al ver aquella joven demacrada, sucia y abrigada por su abrigo de todo tipo de pieles sugirió llevársela a su palacio, para darle de comer y si ella quisiera quedarse para ayudar en las cocinas. Ella quedó eclipsada por ese príncipe tan apuesto que no pudo negarse ante tal ofrecimiento.

Todaclasedepieles acabó en las cocinas de aquel palacio de aquel príncipe tan apuesto. El cocinero la aceptó como una más y la enseñó a preparar todo tipo de platos, que día tras día preparaba con tanta laboriosidad para que el príncipe degustara al igual que su bebida preferida el caraje que se extraía de las hojas de hibisco.

Cuando ya llevaba viviendo ya más de tres largos años, el Príncipe Idriss anunció que iba a elegir a su esposa, para ello iba a organizar un gran baile que duraría tres días.

Cuando llegó el primer día de baile, Todaclasedepieles le preguntó al cocinero:

    •  Por favor, ¿puedo subir a ver el baile?, nunca he visto un baile en un palacio. Por favor, déjame, te prometo que no me verán, estaré escondida de una de las grandes cortinas que hay en el gran salón.
    • El cocinero le respondió: “Te dejo, pero con una condición, tienes que estar de vuelta pronto porque por la noche hay que preparar cosas para el día siguiente”.
    •  Si, si, no te preocupes, esteré de vuelta tan pronto como los invitados comiencen a marcharse.


Todaclasedepieles subió a su habitación y comenzó a arreglarse, se lavó su cara y sus manos, y se puso el vestido dorado como el sol y la pulsera con los tres abalorios que le regaló su hermana. Después bajó al gran salón donde se celebraba el baile, y al principio pasó desapercibida ante los ojos del príncipe, pero algo más tarde se percató de la presencia de esa hermosa joven de piel blanca con ojos verdes esmeraldas y de pelo negro azabache rizado.

El Príncipe Idriss sin pensarlo se fue acercando, observándola poco a poco, y finalmente se posicionó a su lado, entablando una conversación de lo más normal.

    •    Señorita ¿quiere usted bailar conmigo?
    •     Si, dijo Todaclasedepieles.


Bailaron hasta llegar el anochecer,  y es cuando Todaclasedepieles tuvo que marcharse ya que no podía faltar a su palabra con el cocinero. Subió a su habitación, se cambió, se puso su abrigo de toda clase de pieles, se tiznó su cara y sus manos pero se dejó la pulsera puesta.  Y bajó a las cocinas para ayudar al cocinero con la cena.
    •   Hoy tengo mucho trabajo, ¿puedes hacer la cena y su bebida preferida del príncipe y después se la subes a su habitación?, le dijo el cocinero a todaclasedepieles.
    •  Si, por supuesto.


Todaclasedepieles preparó la cena y la bebida preferida del príncipe, el caraje, donde la sirvió en una copa de plata. Mientras subía la cena, Todaclasedepieles abrió su pulsera e introdujo en la copa el primer abalorio, el corazón; al llegar a la habitación ella llamó a la puerta y dejó sobre la mesa la bandeja con la cena y la copa de plata.

El Príncipe Idriss que tras haberse comido el plato de comida prosiguió a beber la bebida, donde encontró el abalorio, el cual dejó sobre su mesilla sin darle importancia.

Al día siguiente llegó el segundo baile, y Todaclasedepieles le pidió al cocinero subir para verlo como en la noche anterior, el cocinero le dijo que sí, y ella subió a su habitación para cambiarse y lavarse, en esta ocasión se puso el vestido plateado como la luna.  El Príncipe Idriss cuando la vio aparecer se quedó eclipsado por tanta belleza, y sin esperar se aceró a ella y le pidió bailar. 

Pero cuando llegó la media noche Todaclasedepieles tuvo que ausentarse para ir a preparar la cena del príncipe. Subió a su habitación se cambió y se puso su abrigo de toda clase de pieles, bajó a las cocinas y preparó la cena y la bebida para el príncipe. Cuando la fue a subir ella sumergió el segundo abalorio en la copa de plata, el trébol. 

El Príncipe Idriss al terminar de cenar, bebió de su copa de plata y se encontró el segundo abalorio, y pensó “Esto ya no es un error sino una casualidad”.  Por lo que mandó llamar al cocinero para saber quién había preparado la cena y la bebida.
    • Cocinero, ¿me has preparado tú la cena? ¿y la bebida?
    • Sí, señor, he hecho yo la cena y la bebida.
El Príncipe Idriss extrañado, dejó el abalorio junto con el otro en la mesilla. Al día siguiente en la hora del baile, Todaclasedepieles como los dos días anteriores prosiguió a vestirse, esta vez con el vestido brillante como las estrellas, y bajó al baile. El príncipe que ya la estaba esperando se acercó a ella, y estuvieron hablando y bailando durante el tiempo que duró el baile.
Y el Príncipe Idriss durante el último baile de la noche le puso un anillo dorado en el dedo sin ella haberse dado cuenta,  pero Todaclasedepieles tuvo que ausentarse de nuevo para preparar la cena del príncipe.

Subió a su habitación y sin apenas tener tiempo para cambiarse se olvidó quitarse el anillo que el príncipe le había puesto y de tiznarse la cara y las manos y se puso su abrigo de toda clase de pieles.
Tras haber preparado la cena, ella subió como las noches anteriores la cena a la habitación del príncipe, y durante el camino sumergió el último abalorio, la corona, pero esta vez el príncipe le estaba esperando.
    • Todaclasedepieles, no te marches, quédate hasta que yo termine para que después te lleves la bandeja.
    • Pero yo tengo que hacer muchas cosas, señor
    • No te preocupes pueden esperar. 
Y una vez terminado el príncipe su cena y bebido su bebida preferida se encontró con el tercer abalorio, la corona.
    • Todaclasedepieles, ¿sabes qué es este abalorio y qué significa?
    • No, no sé que es
    • Creo que mientes, porque tú eres la persona con la que he estado bailando estas tres últimas noches.
    • Mi señor, eso es imposible.
Y el príncipe se levantó, le quitó la capucha a Todaclasedepieles y descubrió a esa joven de color blanca de pelo negro azabache rizado y de ojos verdes esmeraldas.  Todaclasedepieles se puso algo colorada por haberla descubierto.
    • No temas, eres la persona que he estado esperando durante toda mi vida, eres esa chica con la que he soñado durante muchas noches. Eres la joven a la que dejé caer un anillo en tu dedo y por eso sé que eres tú.
    • Pero ¿no te importa como soy realmente?  
    • No, sólo me importa cómo eres tú, no me importa que seas pobre, cocinera, rica o que tu piel sea de color blanca. Tú y solamente tú eres mi elegida, y por eso quiero que seas mi esposa. ¿Quieres casarte conmigo?

Ella que estaba inmersa en una profunda alegría por haber encontrado a ese joven apuesto del que tanto había soñado, sin pensarlo le besó. Un beso profundo y largo el cual selló ese amor el cual les duraría para toda su vida. 


 COLORÍN COLORADO ESTE CUENTO SE HA ACABADO

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En la adaptación del cuento que he realizado de “Toda clase de pieles” he tenido en cuenta la edad de los niños a los que van dirigidos dicho cuento, también el momento evolutivo en el que se encuentran, por ello me he basado en la etapa de 5-6 años que es cuando los niños comienzan a tener un pensamiento intuitivo, poseyendo una imaginación muy rica y abundante la cual les ayuda a entender mejor lo que les rodea en realidad.   Es una etapa llamada por Piaget Preoperacional, aunque él abarca esta etapa desde los 2 a 7 años, Durante esta etapa, los niños aprenden cómo interactuar con su ambiente de una manera más compleja mediando el uso de palabras y de imágenes mentales. Esta etapa está marcada por el egocentrismo (cuando el infante se considera el centro de todo), o la creencia de que todas las personas ven el mundo de la misma manera que él o ella. También creen que los objetos inanimados tienen las mismas percepciones que ellos, y pueden ver, sentir, escuchar, etc. 
Los cuentos populares son formas del pensamiento analógico. Esta es una de las razones por las que los cuentos populares maravillosos resultan del interés de los niños. Piaget mostró que las creencias mágicas del niño están conectadas con las animistas, por las cuales el niño ve vivos y con conciencia un gran número de objetos que para el adulto están inertes. Todos los objetos pueden tener conciencia, aunque estén inmóviles. Pero esta conciencia se vincula de alguna manera a la actividad, tanto si ésta nace de los mismos objetos o les es impuesta desde fuera. De este modo, una piedra podría no sentir nada, pero si se la mueve puede sentir; un trozo de madera puede no tener conciencia, pero puede notar cómo se quema cuando alguien le prende fuego.  También ve el sol y la luna, los ríos, los carros, las bicicletas, los relojes, etc. como objetos con conciencia.
El que leamos un cuento popular a un niño implica muchos aspectos de su personalidad, como la imaginación, la curiosidad por saber, la necesidad de seguir modelos, reflejar comportamientos sociales que lo atraen, etc. La implicación del niño en este tipo de lecturas es gracias al relato que se realiza y el cual combina lo desconocido por algo que le es familiar.  Por ello los cuentos populares adaptados a estos niños que se inician en la lectura les permiten el acceso gradual al mundo de la narrativa folklórica, manteniendo sus contenidos, las formas esenciales y el frescor de los relatos, que es lo que he intentado yo realizar con esta adaptación del cuento “Todo tipo de pieles”.  Ya que he mantenido la esencia del cuento, la cual es el abrigo de toda clase de piles, los tres vestidos y los abalorios de la cadena, aunque en esta ocasión la he sustituido por una pulsera. 

ELEMENTOS CAMBIADOS:
  • Los personajes de mi cuento tienen nombres propios, para que así los niños puedan identificarse con cada uno de ellos e incluso a imaginar en sus mentes cómo serían esos personajes.
  •  He mantenido los personajes de un reino, aunque en este caso no solo tienen una hija sino tienen dos niñas mellizas, que heredan la belleza de su madre.
  • La protagonista es una princesa de diferente color de piel que al resto de los personajes, ya que en el cuento original la princesa era muy bella como su madre, pero no indica nada sobre el color de piel de la princesa. Por lo que así he dado un giro al cuento donde siempre nos imaginamos a príncipes y princesas de color blanco, en este caso la protagonista es blanca pero el resto de los personajes no lo son.
  •  La protagonista tiene unos padres que la adoran y una hermana melliza a la cual está muy unida, en cambio en el cuento original la protagonista no tiene hermanas, aunque sí padres.
  • He sustituido la muerte de la madre, dejándola viva a lo largo del cuento como un personaje más que apoya a la protagonista en su huida para encontrar a su joven apuesto.
  •  He retirado la obligación de contraer matrimonio con el padre, debido a que no encontraba a alguien más bella que a la protagonista, y lo he sustituido por dos princesas jóvenes muy bellas, las cuales deben encontrar un joven apuesto, guapo y que las quiera por su forma de ser.
  • En el cuento original la princesa huye de su padre para no casarse con él. En el cuento adaptado la protagonista huye de su ciudad para encontrar a alguien que la quiera por cómo es ella realmente sin ser rechazada por su color de piel.
  • En el cuento original la madre fallecida de la princesa le había dejado un cofre donde estaba una cadena con tres abalorios (una rueca de hilar, una medallita de la virgen y el aniño de boda de la madre),  en cambio en el cuento adaptado se ha sustituido por una pulsera con tres abalorios (un corazón, una herradura, y una corona). En este caso es la hermana quien le da esta pulsera.
  • He cambiado el motivo de los trajes y del abrigo, en el cuento original es el padre quien manda confeccionar esas prendas para su hija como regalo de compromiso y de la boda entre ambos. En cambio en el cuento adaptado la princesa recibe los tres vestidos de su madre para que pueda conquistar al joven guapo y apuesto, y su padre le entrega el abrigo para que se resguarde del frío y así recuerde simbólicamente el calor recibido de sus padres.
  •  He puesto nombre a los reinos tanto de los reyes como al del príncipe, y al imaginar unos reinos donde todas las personas eran de color negro me he imaginado que estos reinos podrían estar en el centro de África, por lo que he sacado de allí el nombre de los reinos y también el del príncipe.
  • En el cuento adaptado el príncipe tiene como bebida preferida el caraje, que es una bebida típica de la región africana Chad, en vez de un consomé como es en el cuento original. También he cambiado la forma en que se sirve la comida, en este caso es una bebida por lo que se sirve en una copa de plata en vez de un bol.
  • He cambiado un poco el final del cuento,  ya que en el cuento original la princesa si le responde a la pregunta de si se quiere casar con el príncipe, y en este caso lo he concluido con un beso.


ELEMENTOS MANTENIDOS:
  • He mantenido los reinados, tanto de los reyes como el del príncipe.
  • No he cambiado el número de abalorios ya que me parecían significativo, al igual que los tres vestidos con los que deslumbra y enamora al príncipe. Y tampoco he cambiado el abrigo confeccionado por todo tipo de pieles.
  • He mantenido el apodo que toma la protagonista, para dejar así la intriga que le rodea.
  • También he mantenido cómo es encontrada la protagonista en el bosque, aunque he incorporado el elemento del caballo blanco para hacer más grande la figura del príncipe. Al igual que la forma en la que la princesa trabaja en las cocinas, dejando olvidado el malestar del cocinero por la presencia de esta.
  • En el cuento original el príncipe organiza un baile que durará tres días, por lo que lo he mantenido para así la protagonista conquistar con los tres vestidos al príncipe. Al igual que el uso de los tres abalorios dentro de la comida, aunque en este caso es a través de la bebida.
  • He mantenido el ingenio del príncipe para descubrir a la princesa, haciéndola esperar a que termine su copa y también la forma en la que le dice que le da igual que sea una persona pobre o cocinera aunque he incorporado lo del color de piel.


Bibliografía: